A finales del mes de agosto y septiembre puedes disfrutar la experiencia de recoger y paladear moras silvestres. Te puedes acercar a comer moras silvestres en los pueblos de la Ribera del Duero y concretamente en Mambrilla de Castrejón, donde se encuentra la Casa Azul. Durante el mes de septiembre si la climatología acompaña te proponemos la experiencia de recolectar y degustar moras.
Las bayas de la planta de zarzamora maduran continuamente, a lo largo de las varias semanas, en diferentes tiempos las bayas verdes se van convirtiendo en rojas, y las rojas maduran en unos días hasta convertirse en negras, que es cuando se recogen. Esto permite que la mora se comparta entre la gente que aprecia este producto silvestre.
Las personas simpatizantes de la recogida de moras vemos encanto y atractivo en ello, de alguna manera tiene hechizo e hipnotiza, la temporada de recogida coincide con el final del verano rural, el pueblo se queda tranquilo, los vecinos de la época estival vuelven a sus ciudades y cierto aire de nostalgia envuelve la recolección de moras.
Aprovechamos el momento y disfrutamos de la presencia que requiere recoger el fruto maduro de la zarzamora, la atención para escoger el fruto precisa delicadeza y cuidado con el tacto. El ojo funciona al detalle para visualizar las moras con su colorido negro intenso, esta observación trasmite al paladar que el fruto ya esta a punto para ser saboreado, pues comer la mora silvestre directamente del arbusto es uno de los privilegios que ofrece el entorno natural.
La mora es una delicia de manera natural, el hecho de recoger y recolectar moras tiene cierta magia . El equilibrio en ir esquivando las espinas con delicadeza, la sutileza de sortear la zarza sin pincharte, la templanza de estirar bien el cuerpo para llegar a un vergel con tus dedos, al mismo tiempo que tienes el control táctil de saber que la mora está en su punto, tiene la madurez apropiada y se desprende de la planta con facilidad al tirar de ella lo justo. Todo ello para probar este producto salvaje que nos regala el entorno natural.
Sorprende desgranar paso a paso y pararse en las habilidades y valores que ofrece la experiencia de recolectar moras directamente del arbusto, es un juego de atención, paciencia, habilidad y colectividad.
Te invitamos a probar la experiencia y contar en el blog de la Casa Azul vuestras peripecias.
Saludos y hasta pronto, os esperamos.
